Roberto Peña Postigo, mecánico: “La manía de apoyar la mano en la palanca acelera el desgaste de la caja de cambios”

Malos hábitos

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Este gesto te puede salir caro según los expertos

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Canva y Roberto Oeña

Algunos malos hábitos al conducir no sólo afectan la seguridad, sino que también pueden generar averías costosas. Entre todas las prácticas perjudiciales, hay una especialmente común que desgasta el vehículo de manera innecesaria.

La palanca de cambios

Un gesto que parece inofensivo

Apoyar la mano en la palanca de cambios. Puede parecer un gesto inofensivo, pero según expertos en automoción, este hábito acelera el desgaste interno de la caja de cambios y puede traducirse en una costosa reparación de hasta 2.000 euros.

Roberto Peña Postigo, técnico superior en automoción y fundador de Voltazero, confirma el impacto negativo de este hábito. “Muchos conductores apoyan la mano en la palanca sin darse cuenta de que están ejerciendo presión sobre los mecanismos internos. Esto provoca un desgaste prematuro en los sincronizadores y las horquillas de la caja de cambios”, asegura.

Las cajas de cambio manuales están diseñadas para que la palanca sólo se use durante el cambio de marcha. El daño no se produce de inmediato, pero con el tiempo, este desgaste acumulado puede hacer que la palanca de cambios tenga holguras o, en el peor de los casos, obligar a sustituir piezas internas. Dependiendo del vehículo y la gravedad del problema, la reparación puede costar entre 600 y 2.000 euros. Para prevenir este tipo de averías, la recomendación de los expertos es sencilla: usar la palanca solo cuando sea necesario. Si necesitas apoyar la mano en algún sitio, mejor en el volante. Además de evitar averías, mejora la seguridad al mantener un mejor control del coche.

El embrague

El más gran sacrificado

El embrague es uno de los elementos del coche que más se utilizan y más se desgastan

El embrague es uno de los elementos del coche que más se utilizan y más se desgastan

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Uno de los errores más frecuentes es no pisar el embrague al arrancar el coche. Aunque pueda parecer un detalle sin importancia, al no hacerlo se genera un esfuerzo extra en el motor de arranque y la batería. “Es una sobrecarga que reduce la vida útil de ambos componentes y, tarde o temprano, obliga a una reparación que puede costar entre 200 y 600 euros”, señala Peña.

Otro mal hábito es mantener el pie en el embrague en los semáforos o paradas largas. Esta práctica desgasta prematuramente el collarín y el mecanismo de presión. “El embrague está pensado para accionarse y soltarse, no para mantenerse pisado de forma constante. Un kit de embrague nuevo puede llegar a costar entre 500 y 1.200 euros”, advierte el experto.

El aceite

La clave del motor

El cambio de aceite hay que hacerlo de forma regular.

El cambio de aceite hay que hacerlo de forma regular.

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Uno de los mayores descuidos mecánicos es no cambiar el aceite a tiempo o usar uno inadecuado. “El aceite es vital para la lubricación del motor. Si no se cambia según las especificaciones del fabricante, puede generar un desgaste interno acelerado en cojinetes, bielas y el turbo”, puntualiza Roberto.

Conducir con un aceite degradado o incorrecto puede terminar en una avería catastrófica: un motor gripado. “En ese caso, la única solución es sustituir el motor o hacer una reparación completa que puede superar los 3.000 euros”, advierte el experto.

El freno y el acelerador

Ojo con su mal uso

El freno no es siempre necesario

El freno no es siempre necesario

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El abuso del freno en bajadas en lugar de aprovechar el freno motor es otro error habitual. “Mucha gente mantiene el pie en el freno cuando desciende por una pendiente, lo que sobrecalienta los discos y las pastillas. A la larga, se cristalizan y pierden eficacia”, explica Peña. Sustituir estos componentes puede costar entre 150 y 400 euros.

Además, acelerar en frío sin dejar que el motor alcance la temperatura adecuada es un desgaste innecesario. “El aceite no ha lubricado aún todas las piezas y el turbo sufre especialmente con estas aceleraciones bruscas. Una avería grave en el motor por este motivo puede costar hasta 2.000 euros”, indica el especialista.

Los neumáticos y la suspensión

El contacto directo con la carretera

Hay que tener siempre los neumáticos bien equilibrados

Hay que tener siempre los neumáticos bien equilibrados

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Circular con una presión incorrecta en los neumáticos no sólo afecta al rendimiento del coche, sino que también incrementa el consumo de combustible. “Si la presión es baja, la resistencia al rodaje aumenta y el desgaste es irregular. Esto, junto con alineaciones incorrectas o golpes contra bordillos, puede afectar a la suspensión y la dirección”, comenta Peña. Dependiendo del modelo del vehículo, un cambio de neumáticos puede costar entre 300 y 1.000 euros.

Otro descuido frecuente es ignorar los badenes o los baches. “Cada impacto afecta a los amortiguadores, la dirección y los neumáticos. El problema es que la gente no nota el desgaste hasta que el coche empieza a rebotar más de lo normal o a perder estabilidad”, añade el experto. El coste de sustituir los amortiguadores puede ir de 400 a 1.000 euros.

El combustible

No todo vale

No hay que esperar a quedarse sin gasolina para repostar.

No hay que esperar a quedarse sin gasolina para repostar.

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Uno de los errores más dañinos es conducir con el tanque de combustible casi vacío. “Las impurezas acumuladas en el depósito pueden ser absorbidas por la bomba de combustible y dañarla. Su reparación ronda los 300 a 800 euros”, advierte Peña.

A esto se suma que los vehículos diésel modernos también requieren ciertos cuidados específicos. “Si sólo se usan para trayectos cortos y a bajas revoluciones, el filtro de partículas no alcanza la temperatura adecuada para regenerarse y acaba obstruyéndose”, explica el especialista. La limpieza o sustitución del filtro puede costar entre 300 y 2.000 euros.

Además, usar combustibles de baja calidad o sin aditivos adecuados puede generar residuos en la válvula EGR y el filtro de partículas. “Esto provoca fallos en la combustión y averías en la recirculación de gases. Limpiar o reemplazar la EGR puede costar entre 200 y 800 euros”, indica Peña.

Los testigos

Ignorar los avisos del coche puede salir caro

En cuanto aparece un aviso hay que revisar el problema

En cuanto aparece un aviso hay que revisar el problema

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Un error que muchos conductores cometen es circular con el testigo de fallo motor encendido sin revisarlo. “El problema es que muchas veces pensamos que no es algo urgente, pero puede estar indicando fallos en sensores de emisiones, el catalizador o el filtro de partículas”, explica Peña.

Ignorar esta advertencia puede hacer que una pequeña avería se convierta en un problema mucho mayor. “Si el catalizador se obstruye o se daña por completo, su sustitución puede costar entre 500 y 2.500 euros”, alerta el experto.

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El mantenimiento preventivo y la adopción de buenos hábitos al conducir no sólo prolongan la vida útil del vehículo, sino que también pueden evitar gastos innecesarios en reparaciones. Al final, pequeños gestos marcan la diferencia entre un coche en buen estado y una factura inesperada en el taller.

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