La Casa de Cultura de Girona se adentra en la tradición funeraria de Egipto

Artes

El Museu Egipci de Barcelona lleva a la Casa de Cultura 134 objetos que acercan a la vida cotidiana y a las creencias funerarias de esta civilización

GRAFCAT8783. GIRONA, 29/05/2025.- La momia de un gato para rendirle culto al dios Bastet y un sarcófago cuyo propietario respondía al nombre de Unneker son dos de las piezas destacadas de la exposición que el Museo Egipcio de Barcelona acaba de inaugurar en la Casa de Cultura de Girona, que incluye también algunos objetos inéditos. EFE/David Borrat

Un sarcófago de madera estucada y pintada del siglo IIIa.C.ocupa un espacio central de la exposición

David Borrat / EFE

El Museu Egipci de Barcelona, que conserva una de las colecciones más importantes de arte egipcio en Europa, ha llevado una pequeña muestra de su fondo, formado por más de 1.300 objetos, en Girona. La exposición Egipte. El camí a l’eternitat , permite al visitante acercarse a través de 134 piezas originales, fotografías, maquetas y libros a la tradición funeraria y de culto a los dioses de esta antigua civilización, pero también a su vida cotidiana, a su día a día, una de las facetas, quizá más desconocidas.

“Es una versión reducida que permite poner Egipto al alcance del público”, explica al comisario de la exposición, y conservador del Museu Egipci de Barcelona, Luis Manuel Gonzálvez.

Entre otras cosas, por ejemplo, la muestra descubre su papel en la fabricación de herramientas y de armas (hachas de combate y cabezas de maza), de instrumentos musicales (representados en la muestra con unas castañuelas de madera de hace unos 3.500 años o un mango de sistro, un instrumento muy usado en las fiestas religiosas del antiguo Egipto), de joyas (colgantes, collares o anillos) o en la cosmética, teniendo en cuenta la importancia que daban al cuerpo. Ligado a esta última vertiente, la exposición muestra a una paleta para la preparación de cosméticos del periodo predinástico (3500-3000 a.C.), hecho que la convierte en la pieza más antigua que se puede ver en esta exposición, visitable hasta el próximo 26 de julio.

Entre las piezas, hay una momia de gato del siglo III a.C. y una paleta de maquillaje de hace más de 5.000 años

La muestra también dedica un espacio a la producción de vasos de piedra y a la fayenza egipcia, una cerámica de cuarzo que permitía obtener la coloración deseada en función del colorante usado. El más característico fue el azul egipcio, muy utilizado en piezas de joyería, amuletos o recipientes

La exposición también se adentra en la figura del faraón, el máximo exponente de la sociedad egipcia, y una vitrina en la escritura jeroglífica, usada en todo tipo de registros: desde textos administrativos, a relatos mitológicos redactados sobre las paredes de las tumbas, textos privados, literarios o científicos... Jeroglíficos como los que se pueden ver en el sarcófago del siglo III a.C. que preside una de las salas de la exposición.

Aparte de esta faceta del día a día, la muestra también da una visión de cómo eran las creencias funerarias de la civilización del Nilo a través de máscaras, amuletos, estatuillas que los antiguos egipcios depositaban en sus tumbas. En la exposición se explica que para los egipcios, la tumba era la “casa sepulcral” y dentro había todo aquello necesario para su permanencia eterna. La muestra reúne muchos elementos que se ponían en la cámara sepulcral, como una máscara funeraria del siglo VIII a.C., que cubría la cabeza y torso de la momia, un conjunto de vasos canopes, de hace unos 3.000 años, diseñados para contener las vísceras del difunto o amuletos.

La muestra dedica un espacio al hallazgo de la tumba del faraón Tutankamón el año 1922 a través de 65 imágenes

Destaca la presencia de una momia de gato, de entre los años 304-30 a.C., el estudio radiológico del cual ha determinado que un traumatismo craneal le pudo causar la muerte.

La última sala está dedicada al descubrimiento en el Valle de los Reyes de la tumba de Tutankamón el año 1922 por parte del londinense Howard Carter y a los diez años posteriores de trabajos. Un hallazgo que sorprendió el mundo entero y que se acompaña de 65 fotografías realizadas por Harry Burton y de textos del diario de excavaciones de Carter.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...