Nostalgia del consenso

Nostalgia del consenso
Director de La Vanguardia

El PSOE y el PP han demostrado su resiliencia en España superando graves crisis y hoy tienen la mayoría de los órganos de poder del país. A diferencia de lo sucedido en otros lugares de nuestro entorno como Francia o Italia, donde los socialistas y los conservadores han desaparecido del mapa, PSOE y PP han aguantado desde graves casos de corrupción hasta cainitas luchas internas de liderazgos. Competidores nacidos de la nada que les llegaron a pasar por encima en las encuestas, como Podemos y Ciudadanos, están hoy en crisis o desaparecidos en combate.

Todo el pastel del poder se lo reparten hoy ambos partidos, pero su enfrentamiento es tan visceral que paraliza algunas decisiones clave del Estado. El Gobierno está en manos de un PSOE dispuesto a agotar la legislatura, a pesar de su debilidad parlamentaria, y el PP ejerce su oposición desde el Congreso, pero también desde la gobernanza de la mayoría de las comunidades autónomas que están bajo su mando. Así, tanto en la reciente crisis de los inmigrantes que han llegado a las islas Canarias o en relación con la problemática de la vivienda, el Ejecutivo central ha sido incapaz de aplicar la política que desearía porque las autonomías del PP no le han dejado. La Vanguardia publica hoy una entrevista muy recomendable con el vicepresidente valenciano, el militar Francisco José Gan Pampols, que lanza un grito de alerta por la falta de colaboración entre Gobierno y Generalitat y acaba pidiendo un pacto de estado para la reconstrucción de los daños causados por la dana. Es evidente que este pacto no se va a dar por el clima de crispación que existe en España entre PSOE y PP. La paradoja es que ambos se tiran los trastos a la cabeza y, mientras, la presidencia de la comisión de investigación que debe aclarar las causas de lo que sucedió se la entregan a Vox.

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El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante una intervención en el Congreso tras la réplica del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

Borja Sanchez-Trillo / EFE

Si a los problemas pendientes de resolver que hemos explicado antes se le suman las polémicas de estos días pasados a cuenta del decreto ómnibus del Gobierno, obtenemos un caldo de cultivo ideal para los populismos. Socialistas y populares deberían frenar un poco su guerra y plantearse que algunos problemas solo se pueden resolver si hay consenso entre las dos partes. ¿Hay alguna cuestión mejor que Valencia para empezar?

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