Al presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, se le multiplican los socios incómodos y reivindicativos. A las presiones conocidas de Vox para lograr sacar adelante los presupuestos de la Generalitat Valenciana de 2025 y alargar la legislatura, se le unen ahora las pretensiones de Ens Uneix, su socio de gobierno en la Diputación de Valencia, que amenaza con dinamitar el acuerdo de gobierno que permite al popular Vicent Mompó presidir la institución provincial. Una doble presión, por la derecha, y por la izquierda, que obliga al PP valenciano a ceder si quiere mantener cierta estabilidad en las Corts y en la corporación provincial. De momento, dada la delicada situación política, el PP parece dispuesto a dar su brazo a torcer ante dos socios que, entre sí, no se soportan.
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Así, las amenazas del alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, han surtido efecto. El mismo día que el líder de Ens Uneix habló de que el pacto con el PP en la Diputación estaba “en serio peligro”, el secretario general de los populares valencianos, Juanfran Pérez Llorca, habló con el equipo de su socio en la institución provincial para calmar los ánimos. Pese a ello, ayer por la mañana, el propio Rodríguez en Les Notícies del Matí volvía a hablar de “riesgo inminente”, con el matiz de que si el PP permite debatir la bajada del listón electoral en las Corts “probablemente dotaría de mayor tranquilidad” al pacto de la Diputación. Minutos después, Pérez Llorca explicaba en los pasillos del Parlamento autonómico su predisposición a estudiar la propuesta de los municipalistas. “Lo estudiamos todo, cómo no vamos a estudiar una iniciativa de un partido con el que dialogamos”, señaló el dirigente del PP.
Cesión
El PP se muestra partidario de cambiar su posición histórica y estudiar una rebaja en el listón electoral
El portavoz parlamentario del grupo popular quitó hierro este miércoles a las declaraciones de Rodríguez -“no veo el pacto en riesgo, aunque claro que hay discrepancias”- y reiteró su intención de estudiar una rebaja del listón electoral del 5 al 3% como exigen los municipalistas. Pérez Llorca no especificó cómo se podría materializar ese cambio legislativo que supondría toda una novedad respecto a la posición que históricamente ha mantenido el PP desde que surgiera, antes incluso de la fundación de la marca de los populares, este debate sobre la ley electoral.
Por ello, no es de extrañar que al síndic del PSPV, José Muñoz, y de Compromís, Joan Baldoví, les parezca esta predisposición del PP un intento de ganar tiempo y de evitar más fricciones en la Diputación de Valencia.
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Con todo, la pregunta es si este movimiento dilatorio del PP será suficiente ante unos socios que parecen cada vez, y así lo ha reiterado estos días Jorge Rodríguez, más incómodos con los populares tras la catástrofe dana. Las cesiones a Vox, el otro socio presionante de Mazón, no gustan a un partido que ve la actual coyuntura política como un momento clave para decidir si quiere continuar siendo un socio fiel al PP de Mazón o quiere reforzar, con un golpe de efecto en la Diputación de Valencia, su perfil más de izquierdas; de donde por cierto se nutre la mayor parte de su electorado.
Mientras todo esto sucede, Mompó trata de poner también paños calientes. El presidente de la Diputación defendió ayer que al PP y a Ens Uneix les unen “muchísimas más cosas” que las que les separan, al tiempo que animó a ser capaces de llegar a acuerdos desde el “sentido común”. En este intento de mimar a sus socios, la institución provincial lanzó ayer una campaña para fomentar el uso del valenciano es Semana Santa, una de las cuestiones -la preocupación por la lengua propia- que más inquieta a Ens Uneix.
