Hace solo cuatro meses que finalizó la instalación del tercer carril que debe hacer posible algún día la compatibilidad entre los trenes de Rodalies y el corredor mediterráneo en el tramo que atraviesa el Penedès desde Sant Vicenç de Calders hasta Castellbisbal. Se levantaron las vías, se cambiaron las viejas traviesas por unas nuevas y se instaló el tercer hilo de ancho internacional entre los dos carriles de ancho ibérico existentes. Pese a que fuentes del sector apuntan que su aspecto de desgaste era evidente, volvieron a instalarse en lugar de aprovechar las obras en marcha para renovarlas.
Las vías están gravemente dañadas y requieren un reemplazo urgente
Al ir a instalar el contador de ejes –que actúa como sistema de detección de trenes para una correcta gestión ferroviaria y de seguridad–, los responsables del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) han reparado en que las dos vías entre las que se ha instalado el carril de ancho internacional están tan gravemente dañadas que requieren una sustitución urgente y se ha tenido que encargar mediante un procedimiento de emergencia la renovación de las vías en un tramo de 46 kilómetros entre Sant Vicenç de Calders y Sant Sadurní d’Anoia pasando por Vilafranca del Penedès.
Es el mismo tramo en el que se ha estado trabajando desde el 2018 a un ritmo excesivamente lento y donde ahora parecía que, por fin, los trabajos se daban por acabados. La urgencia de la nueva actuación es tal que las obras recibieron luz verde la semana pasada, empezaron ayer mismo y se alargarán hasta principios del año que viene, provocando durante todo este tiempo unas afectaciones similares a las que soportaron los sufridos viajeros durante varios meses el año pasado. El grueso de las afectaciones llegará a partir del verano, cuando habrá que ejecutar diversos cortes del servicio en fines de semana o períodos cortos aún por determinar por parte de Adif.
Circulación por vía única durante las obras
Por lo pronto, los trenes circulan desde ayer por vía única entre las seis de la tarde y las cinco de la mañana entre Sant Sadurní y la Granada, una restricción que durante los fines de semana se alargará las 24 horas. Hasta el 11 de marzo se actuará en una vía y de ese día al 30 de abril en la otra. Durante estos meses, los usuarios de Rodalies que viajen más allá de Sant Sadurní solo lo notarán en caso de incidencia en la única vía que queda disponible, aunque todos los trenes irán más lentos de lo habitual, con la velocidad limitada a 60 km/h y circulando con el bloqueo automático en lugar de con el sistema de seguridad habitual. Los numerosos trenes de mercancías –todavía con ancho ibérico– que circulan por este tramo también verán su paso afectados.
Las siguientes fases de los trabajos replicarán la misma operación en los siguientes tramos desde la Granada hacia Vilafranca, Els Monjos, l’Arboç, el Vendrell y Sant Vicenç de Calders. En esta última estación las obras de adaptación al ancho internacional obligarán a cortar la circulación durante varios fines de semana a mediados de marzo, afectando así a los trenes regionales pocos días después de que se recupere la circulación de los trenes regionales por el túnel de Roda de Berà, prevista para el 3 de marzo tras varios meses de incomunicación ferroviaria de Tarragona con Barcelona.