Suele pasar una o dos veces al año. La bandera roja ondea en la playa de Castelldefels, ciudad donde el turismo tiene un importante peso económico. Bañarse en la playa está prohibido. ¿El motivo? las averías en un colector, un viejo tubo que tiene más de 25 años de vida que sirve para recoger las aguas negras, lo que se vierte por el retrete. Cuando se agujerea, el líquido fecal acaba en el mar.
Tras más de un lustro de espera y un proceso administrativo complejo, ahora parece que está todo atado para acometer las inversiones necesarias para solucionar el problema. El Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), ente público responsable de la infraestructura maltrecha, ha aprobado una inversión de más de 15,7 millones de euros para renovarla por completo.
El Àrea Metropolitana de Barcelona espera iniciar la actuación durante el último trimestre de este año
Paradójicamente, esto pasa en una ciudad con una gestión del agua especial. Fuentes municipales del Ayuntamiento de Castelldefels recuerdan que en la década de los años 70 del siglo pasado un arquitecto alemán decidió impulsar una red separativa y después se continuó con la iniciativa. Es decir, en Castelldefels las aguas negras y las pluviales se recogen cada una por su cuenta, con su propio circuito. Este sistema es mucho más caro y más respetuoso con el medio ambiente. Pocas ciudades de la conurbación de Barcelona lo tienen.
Pero lo que falla, sufriendo roturas, son los tubos que llevan las aguas residuales hasta la planta depuradora de Gavà. La actuación del AMB consiste en la renovación de dos colectores: uno que funciona por impulsión, con una bomba; y otro por gravedad, con la pendiente. Es el primero, situado cerca de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y del espacio natural de la Olla del Rei, el que suele dar problemas. Pero el otro también es viejo.

Desembocadura de aguas en la playa de Castelldefels
Fuentes del Ayuntamiento de Castelldefels explican que en su momento el material que se empleaba para instalar este tipo de tubos era hormigón con camisa metálica. Con el paso del tiempo, el gas que generan los orines acaban desgastando la infraestructura, que se agujerea. Cuando esto pasa, se intenta sellar el orificio y se tiene que parar el bombeo. Con todo, las aguas negras acaban saliendo a la superficie y terminando en el mar. Tras tanto tiempo, lo conveniente es dejar de parchear y renovar la infraestructura con tubos de plástico.
Una gran estación de bombeo contra las inundaciones
La renovación de los colectores de Castelldefels no es la única obra de gestión del agua largamente reivindicada. La Agència Catalana de l’Aigua (ACA) tiene en proceso de licitación una estación de bombeo de aguas pluviales. Esta infraestructura es clave para evitar inundaciones en barrios como por ejemplo Mar-i-sol y Granvia Mar. La ACA invertirá 12 millones de euros y el Ayuntamiento contribuirá con 2,5. Se cuenta con fondos europeos Feder. Se espera que las obras arranquen antes de finales de año y que duren unos 13 meses. Fuentes municipales explican que la orografía de Castelldefels, con puntos muy planos y sin pendiente, hace imprescindible la infraestructura, que será una de las más potentes de España. De hecho, desde Castelldefels cuentan que esta gran estación de bombeo se ideó en la época de los Juegos Olímpicos de Barcelona.
Fuentes del AMB concretan que el proyecto del colector de impulsión ha sido aprobado definitivamente con un presupuesto de 13,2 millones de euros más algunas medidas compensatorias todavía pendientes de cuantificar. Las obras tienen un plazo de ejecución de 21 meses y se espera que la adjudicación llegue durante el último trimestre de este año.
La renovación del colector de gravedad ha sido aprobada inicialmente por el AMB. Tendrá un coste de 2,5 millones de euros, un plazo de ejecución estimado de seis meses y la adjudicación se espera para el primer trimestre del año que viene.
Esta actuación servirá para solventar la problemática en el día a día. Pero el director de servicios del ciclo del agua del AMB, Fernando Cabello, advierte que el sistema puede colapsar igualmente ante lluvias torrenciales de gran calibre. “Se necesitarían infraestructuras 100 o 200 veces más grandes”, explica. Según él, “esta no es la solución”. Una postura que, técnicamente, el Ayuntamiento de Castelldefels comparte. Además, Cabello recuerda que en estos casos la gran cantidad de agua de lluvia también diluye la capacidad contaminante de las residuales.
“Son obras históricamente reivindicadas”, valora Ramón Escolá, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Castelldefels. Desde el ámbito hostelero y de la restauración urgen medidas desde hace mucho tiempo. “Los vertidos en la playa, y también la mejora de la Olla del Rei, son problemas importantes para nosotros”, concluye el edil.