Así divide a los republicanos el “hermoso” megaproyecto de ley de Donald Trump

Estados Unidos

La oficina de presupuesto del Congreso estima que la rebaja fiscal y el aumento del gasto en defensa y la frontera añadirán 2,4 billones de dólares a la deuda en la próxima década

Los republicanos moderados se oponen por los recortes en programas sociales, mientras los radicales exigen una mayor reducción del gasto público

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La senadora Susan Collins, republicana por Maine, rechaza la iniciativa legislativa por los recortes en el seguro de salud del Medicaid.

Allison Robbert / Bloomberg

El “gran y hermoso proyecto de ley” de Donald Trump es una “abominación repugnante” para Elon Musk. La medida “más trascendental de la historia” del Congreso es “el carril más rápido hacia la esclavitud de la deuda”. El paquete legislativo, aprobado por un voto en la Cámara de Representantes después de maratonianas negociaciones, afronta un camino todavía más rocoso en el Senado estadounidense, donde los legisladores republicanos votarán condicionados por la presión de su presidente, del hombre más rico del mundo, de sus votantes y de los lobbies que financiaron sus campañas.

Mientras los demócratas han dejado claro que no aprobarán una iniciativa destinada a aliviar la presión fiscal de los más ricos y recortar los programas sociales para los más pobres, los republicanos dependen de ellos mismos para sacar adelante la medida, que incluye algunas de las principales promesas de campaña de Trump. Pero sus divisiones son cada vez más profundas, a izquierda y derecha, y su ajustada mayoría en el Senado (53 a 47) solo les permite tres votos en contra. En caso de empate, el vicepresidente J.D. Vance decantaría la balanza.

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Por un lado, al menos tres senadores moderados aseguran que rechazarán el proyecto porque plantea profundos recortes (de unos 800.000 millones de dólares en diez años) en el seguro de salud público Medicaid, para personas de bajos ingresos o vulnerables, algo que Trump dijo en campaña que no iba a ocurrir. Por otro lado, más de una decena de republicanos de línea dura, la mayoría pertenecientes al ultraconservador Freedom Caucus, han expresado su oposición a la iniciativa por motivos similares a los de Musk: porque, pese a los recortes, profundizará todavía más en el déficit presupuestario estadounidense, incumpliendo otra de las principales promesas de Trump.

El análisis publicado ayer por la oficina de presupuesto del Congreso ha añadido más leña al fuego, avivando un debate que se alarga desde hace meses y que se ha calentado desde las críticas de Musk tras su salida del Gobierno. De ser aprobado, el megaproyecto de ley añadirá 2,4 billones de dólares a la deuda nacional del país en la próxima década. Una deuda pública que se ha disparado este siglo y ha aumentado con las sucesivas administraciones –con especial fuerza tras la primera rebaja fiscal de Trump en el 2017– hasta los 29 billones actuales.

Tras analizar las provisiones del proyecto de ley, la oficina de presupuesto del Congreso (un organismo no partidista) estima que la rebaja fiscal y el aumento de gasto en defensa (incluida la "Cúpula Dorada") y en política migratoria, así como en otras cuestiones, costará 4,2 billones a los contribuyentes estadounidenses. Por otro lado, los recortes, también profundos, de una serie de programas sociales e incentivos en energía verde, supondrán un ahorro de tan solo 1,8 billones. La resta de ambas cifras confirma los temores de los llamados halcones fiscales, defensores de un estado mínimo, como Musk: 2,4 billones de déficit en diez años.

La rebaja fiscal masiva y los gastos en defensa e inmigración costarán 4,2 billones; los recortes sociales ahorrarán 1,8 billones

Uno de los líderes del Partido Republicano en el Senado, Rand Paul (Kentucky), es de los más críticos con la iniciativa legislativa, pues sus recortes son “débiles y anémicos” y “harán explotar la deuda”. El senador aseguró que tiene los votos “suficientes” como para tumbarlo y forzar significativos cambios, pero eso obligaría a devolverlo a la Cámara de Representantes, donde se aprobó por tan solo un voto después de un arduo debate.

Representantes del sector centrista, como Susan Collins (senadora por Maine que ya se ha posicionado con los demócratas en otras votaciones), denuncian que los recortes del Medicare y del programa Affordable Care Act (el llamado 'Obamacare', la reforma sanitaria del expresidente Barack Obama) resultarán en que cerca de 11 millones de estadounidenses perderán su seguro de salud. La senadora, que como un tercio de sus colegas se jugará el cargo en las próximas elecciones de mitad de mandato, en noviembre del 2026, remarcó el impacto que podría tener la medida entre sus votantes.

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“El Medicaid es un programa de vital importancia para el sistema sanitario de Maine y un recurso esencial para muchas personas mayores, familias con bajos ingresos, pacientes discapacitados y personas que no pueden trabajar. No puedo apoyar propuestas que supondrían una mayor presión para nuestros hospitales y proveedores, que ya se encuentran al borde de la insolvencia”, argumentó Collins.

A Trump le gustaría tener el proyecto de ley en su mesa, listo para firmar, antes del próximo 4 de julio, fecha simbólica porque marca la independencia de Estados Unidos. Pero al Senado le esperan semanas arduas de negociación, en las que los republicanos podrían introducir algunos recortes adicionales propuestos por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).

El presidente ha presumido del control absoluto del poder federal por parte de los republicanos (que controlan el ejecutivo, las dos cámaras del legislativo y cuentan con una mayoría conservadora en el Tribunal Supremo), pero esta rebaja fiscal está evidenciando sus costuras, que podrían destriparse a lo largo de los próximos tres años y medio de mandato.

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