Starmer anuncia medidas antiinmigración “para que no seamos una isla de extraños”

Reino Unido

Una diputada del Labour critica la frase como “vergonzosa, populista y propia de la ultraderecha”

Starmer anuncia medidas antiinmigración “para que no seamos una isla de extraños”
Video

Starmer endurece su política migratoria: “La migración caerá, es una promesa”

AFP

Si fuera actor, el primer ministro británico, Keir Starmer, tendría un amplísimo repertorio. Empezó en el ala izquierda del Labour como escudero de Jeremy Corbyn, se regeneró en socialdemócrata proeuropeo clásico cuando se deshizo de él, adoptó el Brexit, asumió el papel de tecnócrata pragmático de centro para ganar las elecciones, y ahora ha hecho suyo un lenguaje populista antiinmigración próximo a la extrema derecha. “Hay que recuperar el control de nuestras fronteras”, proclamó imitando el eslogan de Johnson y Farage, con la misma convicción que Hamlet su “ser o no ser”

Starmer ha presentado “la mayor reforma del sistema migratorio británico en varias décadas” con la promesa de reducir la llegada neta de extranjeros en cien mil este año, y 300.000 para el 2029. En los últimos doce meses se han instalado en el país 728.000, una cifra a su juicio inaceptable porque reduce las oportunidades de obtener trabajo a los jóvenes británicos, fomenta el abuso de las empresas interesadas en pagar sueldos lo más bajos posibles, y no incrementa (sobre esto hay todo tipo de opiniones) el crecimiento del producto interior bruto.

LONDON, ENGLAND - MAY 12: Britain's Prime Minister Keir Starmer holds a press conference on immigration at Downing Street on May 12, 2025 in London, England. The prime minister held the press conference head of the government's Immigration White Paper. (Photo by Ian Vogler - WPA Pool/Getty Images)

Keir Starmer

WPA Pool / Getty

El Gobierno laborista restringe los visados para estudiar, trabajar y cuidar de personas mayores

Pero la frase que más alarma ha despertado en el sector progresista del Labour y la oposición de izquierdas es que “si no tomamos medidas para controlar la inmigración, corremos el riesgo de convertirnos en una isla de extraños en vez de en un país en el que todos caminamos juntos hacia adelante”, reminiscente del lenguaje del conservador Enoch Powell cuando en 1968 pronosticó que en Gran Bretaña podrían correr “ríos de sangre” por la llegada de afrocaribeños y asiáticos de las excolonias. La diputada Nadia Whittome ha calificado la expresión de “vergonzosa y peligrosa, propia de la extrema derecha”.

Entre las medidas anunciadas figuran restricciones a la concesión de visados para trabajar, estudiar, reunificación familiar o cuidar a personas mayores; exámenes de inglés, con exigencias más severas para quienes vayan a quedarse definitivamente en el país; más facilidades para deportar a los delincuentes extranjeros; exigencia de que las empresas ofrezcan los empleos a nacionales antes que a forasteros; y aumento de cinco a diez años del periodo de estancia necesario para solicitar la residencia permanente.

Lee también

Detenido un joven de 21 años por el incendio en la casa del primer ministro Starmer

Agencias
Horizontal

“Establecerse en el Reino Unido no es un derecho sino un privilegio que hay que ganarse”; “integrarse y aceptar los valores de nuestra sociedad es imprescindible, y para ello hay que hablar inglés a un cierto nivel”; “el sistema migratorio es actualmente objeto de todo tipo de abusos”; “tenemos que recuperar el control de nuestras fronteras” (eslogan del Brexit), dijo Starmer al presentar su programa. Ser o no ser es la cuestión existencial por excelencia, el debate sobre si vale la pena la vida, y el primer ministro cree que está en juego la supervivencia misma del Labour ante la amenaza de la extrema derecha. Reforma UK, el partido de Nigel Farage, ganó por goleada las recientes elecciones municipales inglesas, y lidera las encuestas por hasta doce puntos.

El reto de Starmer es adoptar una política migratoria suficientemente radical como para seducir a los votantes dispuestos a dar una oportunidad a Farage, pero sin reconocer que se trata de una concesión a la ultraderecha, y sin que parezca que ha cundido el pánico. Su plan es que las medidas desincentiven la llegada de extranjeros por la vía legal y la inmigración neta descienda lo más pronto posible, antes de los comicios autonómicos del año que vienes en Escocia y Gales, su próxima prueba, y sobre todo de las elecciones del 2029. Sobre los solicitantes de asilo que llegan en lanchas a través del canal de la Mancha, se siente con las manos atadas.

La mayoría de visados para trabajar o estudiar en Gran Bretaña van a tener limitaciones temporales más severas, y va a ser más difícil ampliarlos o traer acompañantes, sobre todo para los nacionales de países como Sri Lanka, Nigeria o Pakistán, con tendencia a quedarse en el país una vez expirados. Para los jóvenes europeos, Starmer está negociando con la UE un acuerdo de movilidad que les permita pasar entre uno y tres años.

El primer ministro ya ha roto tabúes del laborismo tradicional, reduciendo subsidios sociales y la ayuda exterior para aumentar el gasto en defensa. Ahora ha adoptado una agenda y un lenguaje populista en la cuestión clave de la inmigración, y los defensores del medio ambiente temen que la próxima concesión sea abandonar los ambiciosos objetivos para eliminar la huella de carbono en el 2050. Para Starmer, se trata de la supervivencia del Labour, y, si ha de ponerse un uniforme que cause un cierto repelús, qué se le va a hacer. Quiere ser tan buen actor como para seducir a la ultraderecha, pero sin perder a la progresía.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...