Un antídoto a Lamine Yamal

Final de la Nations League

El extremo del Barça acaba la final comiéndose las uñas en el banquillo tras ser sustituido

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Lamine Yamal, con rostro serio, tras la final de Munich 

Matthias Schrader / Ap-LaPresse

La destrucción siempre va a remolque de la creación. El mundo del fútbol buscaba un antídoto para Lamine Yamal, el jugador que más regatea de la Liga, el futbolista que quiere dominar el presente y el futuro. Eso, el desequilibrio, es lo que más temen los entrenadores. Un futbolista con tanto talento que sea capaz de desarbolar todo un entramado defensivo con su imaginación e inspiración. Eso es lo que suele hacer el zurdo de Rocafonda con sus jugadas: dejar anticuadas las pizarras y las tácticas.

Pero algún día tenía que pasar. Siempre hay una primera vez en que no sale nada, o casi nada. Una noche en la que la frustración se apodera del chico maravilla, en la que hay más pena que euforia. Sin esa tristeza, las alegrías no tendrían valor. Sin no existiese la soledad, la compañía no abrigaría y reconfortaría tanto.

En la zona noble

Bajo la atenta mirada de Pepe, Mourinho y Figo, Nuno Mendes cortocircuita a la perla del Barça y ‘la roja’

Lo que no habían hecho ni Mendy ni Camavinga en el Madrid, ni Dimarco con el Inter, ni siquiera Theo Hernández con Francia, lo consiguió Nuno Mendes, un portento de lateral zurdo, ante el que no le salió nada a la joya del Barça y de la selección.

Bajo la atenta mirada de Pepe, Mourinho y hasta Figo en la zona noble del estadio, Nuno Mendes cortocircuitó al extremo derecho de la roja, autor de dos dianas en la semifinal ante Francia.

Piernas frescas

En el descanso de la prórroga, De la Fuente decidió cambiar al blaugrana por Yéremi Pino

El defensa del PSG, ocho días después de la final de la Champions, volvía al mismo estadio, el Allianz de Munich, donde se proclamó campeón de Europa. Volvieron a ganar él, Vitinha, João Neves y Gonçalo Ramos, los cuatro del bando portugués, y se quedó sin poder celebrar su compañero español Fabián Ruiz.

Pronto comprendió España que tendría más facilidades por la banda de Nico Williams que por la de Lamine Yamal, donde tenía un duro hueso enfrente. Pero aún así, el chaval no dejó de intentarlo. De hecho, el primer gol de España tiene el origen en un gran pase bombeado del 19 al corazón del área en busca de Oyarzabal. Para que no rematasen ni él ni Nico Williams despejaron Rúben Dias y João Neves pero acabaron dejando la pelota muerta para que Zubimendi enviase a la red.

En la recta final, fue espectador cuando él es muy protagonista: su próximo partido ya será con 18 años

Pero Mendes no solo se contentaba con controlar a Lamine Yamal sino que subía al ataque para marcar y volver a empatar el marcador. Mientras, una pérdida de Lamine provocaba una falta de Fabián, que veía la amarilla por cortar el avance de Neto.

Dos veces chutó el futbolista del Barcelona durante la final. Una en la segunda parte y otra en la prórroga, pero siempre lo hizo desde posiciones muy lejanas, señal que no encontraba recovecos por su zona. Ambos disparos le salieron muy centrados y los atrapó Diogo Costa.

Ese último coincidió con el pitido del árbitro para el descanso del tiempo extra. Fermín salió del banquillo para animar a Lamine Yamal con unos golpes en el pecho. Lo que no se podían imaginar ni uno ni otro es que Luis de la Fuente ordenaría un cambio y el extremo ya no jugaría la segunda parte. El seleccionador le retiró y dio entrada a Yéremi Pino en busca de piernas nuevas.

A Lamine se le quedó con cara seria, aceptó la decisión y se sentó en el banquillo. Entre Mingueza y David Raya, otros dos catalanes, se mordía las uñas. Desde fuera vio los penaltis. Fue un espectador cuando suele ser muy protagonista y le tocó recoger la medalla de subcampeón. Lecciones para crecer. Su próximo partido ya será con 18 años.

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