Es cierto que envejecer tiene cosas muy negativas. Un par de días atrás traté de hacer un poco de propiocepción en el gimnasio, hacía muchos años que no lo hacía y la sensación fue lamentable. Pero tiene otras cosas muy buenas y una de ellas es ser capaz de percibir innumerables emociones y saber disfrutarlas desde la quietud. Quietud es sin duda la palabra que rige mi vida.

Joan Garcia, tras el partido con la UD Las Palmas
Por este motivo a un perico como yo le fastidia mucho que mi gran Joan fiche por el Barcelona y en cambio me siento feliz por él. Es el sentimiento que gana por goleada en mi mente. Como esta sensación no la comparte alguno de mis hijos, lo hemos debatido. Tratando de entender qué nos lleva a cada uno a reaccionar de una manera u otra. Tenemos varios tipos de pareceres, hay quien está muy enfadado, con rabia interior, tenemos también el que se mueve entre dos aguas y luego estoy yo, que soy el que está más en la versión abuelete sentimental. Y como encuentro que todas las posturas son respetables, trataré de explicar qué me lleva a mí a sentir de esta manera.
Cada vez es más importante ser capaces de tener la máxima empatía con nuestro entorno. Y entiendo la empatía como la obligación o la capacidad de antes de juzgar las actitudes de los demás, ponernos en su lugar. Encuentro muy triste esta actitud de que en cuanto alguien no piensa igual que uno mismo, pasa a ser mi enemigo.
Yo sé porque lo he vivido que un chaval que ama el fútbol sueña. Y los sueños se desarrollan en dos direcciones. Por un lado llegar a jugar en el club de tus amores. Y por otro el conseguir metas que por entonces solo pueden existir en la imaginación. Me refiero a ganar una Liga, a jugar con la selección, a participar en Mundiales, etc. Y esos dos objetivos suelen alimentar la capacidad de esfuerzo, de compromiso, de superar las frustraciones.
Tengo dos emociones; por un lado la rabia y por otro lado el agradecimiento
Por esta razón entiendo a Joan y estoy seguro que la decisión de decantarse por el Barcelona le ha generado estrés. Si fríamente analizo que sus ambiciones personales son las que he escrito en el párrafo anterior, la opción escogida es la idónea. Cualquiera de los clubs que han sonado como pretendientes puede ofrecerle mucho, pero ninguna es mejor que la escogida. Va a formar parte de un colectivo que aspira a cosas importantes. Ese colectivo además será mayoría en la selección española. Va a desarrollar su vida personal junto a sus seres queridos, que son fundamentales cuando llegan los malos momentos. Y por esta razón poniéndome en su lugar lo entiendo aunque me dé rabia.
Los años me ayudan a gestionar estas situaciones. Tengo dos emociones; por un lado la rabia y por otro lado el agradecimiento. Y, como he dicho, me apasiona la quietud y sin duda el agradecimiento me acerca más a ella. Estoy agradecido a Joan, ha sido la pieza más fundamental para mantener la categoría y eso es impagable. Gracias, Joan, que te vaya bonito, pero cuidado que no va a ser fácil.