La fiesta por la victoria del PSG en la final de la Liga de Campeones tuvo un triste epílogo en Francia: un joven de 17 años murió apuñalado en Dax, en el suroeste del país, y un hombre que viajaba en una motocicleta perdió la vida atropellado en la capital.
La ebriedad colectiva por el histórico triunfo del equipo parisino frente al Inter de Milán provocó excesos que en el algunos casos tuvieron consecuencias trágicas. Hubo episodios violentos en muchas ciudades, quema de vehículos y choques con las fuerzas del orden.
Según un último balance oficial hecho público este domingo, ha habido 559 detenciones, 491 de las cuales en París. Los heridos suman 192. Se produjeron 692 incendios, entre ellos 264 de vehículos. Entre la policía hubo 22 heridos, uno de ellos un agente que se halla en estado de coma tras el impacto accidental de un petardo. También siete bomberos sufrieron heridas.
En Grenoble, un vehículo arrolló a una multitud que celebraba el título. Al parecer el conductor perdió el control. Cuatro personas de una misma familia resultaron heridas, dos de ellas de gravedad.
En la autopista de circunvalación de París, la Périphérique, hubo escenas de caos cuando un grupo de personas con bengalas trató de cortar la circulación.
Los bomberos de París, durante extinción de un incendio en las algaradas callejeras que siguieron a la victoria del PSG en Munich
Las explosiones de violencia callejera son un problema endémico en Francia. La quema de vehículos es una lacra que se arrastra desde hace muchos años. En la noche de san Silvestre, el 31 de diciembre, y con motivo del Día de la Bastilla, fiesta nacional, el 14 de julio, incendiar vehículos se ha convertido casi en un ritual para grupos de jóvenes.
La seguridad será máxima esta tarde en París ante la llegada del equipo, que prevé desfilar por los Campos Elíseos antes de ser recibido por Emmanuel Macron en el palacio presidencial.
En previsión de incidentes, el Ministerio del Interior y la Prefectura de París organizaron para la noche del partido un dispositivo de seguridad muy robusto que movilizó a 5.400 agentes en la capital y su vasta área metropolitana. Los comercios y bares de la zona de los Campos Elíseos bajaron las persianas horas antes del encuentro para protegerse de eventuales destrozos.
