El placaje a los prejuicios del rugby 7

El reportaje

La selección española masculina de rugby 7 ha logrado dar visibilidad a este deporte gracias a los recientes éxitos

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España en el Mundial de Rugby 7 disputado en Los Ángeles 

Zach Franzen / Otras Fuentes

“Hemos acabado con el estigma de que el rugby 7 es un deporte de colegas y pachangas veraniegas”, comenta Paco Hernández –actual seleccionador español– a 'La Vanguardia' tras la consecución de la medalla de plata en el Mundial de Los Ángeles hace dos semanas.

El rugby 7 es un deporte que no goza de gran tradición en España, pero que ha experimentado un inmenso crecimiento a nivel estructural que ha aupado a la selección para colocarse entre las mejores del mundo. Los jugadores de Paco Hernández lograron superar a históricos combinados nacionales en el último Mundial como Fiyi, Nueva Zelanda y Argentina.

“Hemos acabado con el estigma de que el rugby 7 es un deporte de pachangas”, dice el seleccionador

Una de las claves de la trayectoria de la selección en los últimos dos años son las concentraciones permanentes en Málaga que convierten al conjunto en un equipo nacional. Los jugadores de la selección conviven las veinticuatro horas del día siete días a la semana mientras preparan cada campeonato de forma concienzuda. “Hemos cambiado la forma de trabajo y tenemos mucho más control del nivel físico de los jugadores al monitorizar todas las mejoras”. “Cuando a los jugadores les vas dando feedback de que van mejorando, las oportunidades de crecimiento suben”, reflexiona Hernández.

El actual seleccionador decidió apostar por estas concentraciones permanentes como modus operandi durante la pasada temporada ya que en España “no hay clubs de rugby seven”. Para completar la plantilla del conjunto, Paco Hernández ficha a jugadores procedentes del rugby o mediante un draft que consiste en que los que quieran “se inscriben en un formulario donde añaden vídeos de ellos en acción”. También existe el “camino federativo que es entrar en la sub-18 y pasar por la sub-20 antes de dar el salto con nosotros”, comenta Hernández.

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El crecimiento de la selección ha ido en paralelo con el aumento de la competitividad en este deporte. World Rugby, que en su día ya redujo la primera categoría del rugby 7 de 16 a 12 equipos, ha anunciado recientemente que la categoría de oro estará formada solamente por ocho selecciones, lo que aumenta la competencia –en los Juegos Olímpicos participan los 12 mejores países–. Después de la medalla de plata conseguida recientemente en Los Ángeles, Paco Hernández tiene claro que el objetivo de este equipo es “volver a unos Juegos Olímpicos” (el rugby 7 español no participa en unos desde Río 2016, cuando las selecciones masculina y femenina estuvieron presentes).

“La gente del rugby muchas veces se piensa que el seven es un deporte de verano en el que no se entrena”, exclama un Hernández que añade que las Series Mundiales disputadas en el Wanda Metropolitano el año pasado sirvieron para cambiar esa percepción y que la gente viera que es “un rugby de alto nivel”. “Desde entonces hemos empezado a tener mucho más seguimiento”, asegura el seleccionador.

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España de Rugby 7 contra Nueva Zelanda en Hong Kong en 1988 

REDACCIÓN / Otras Fuentes

Otro de los testigos del auge que ha tenido este deporte es Pol Pla. El jugador de 32 años es toda una institución del seven nacional, siendo el único en la actualidad en haber disputado unos Juegos y el primer español en conseguir 100 ensayos en las Series Mundiales. Pla procede de la familia más prolífica de nuestro rugby (sus hermanas Júlia y Bárbara, la mejor jugadora del rugby seven femenino español, también han vestido la elástica de la selección).

El jugador catalán, nominado entre los tres mejores del mundo esta temporada, cree que “haber ganado a los All Blacks” en el último Mundial ha ayudado a que “se reconozca al rugby español”, pero admite que el objetivo que tenían en el reciente campeonato del mundo era “conseguir la permanencia porque, si bajas, la federación percibe menos ingresos y costaría poder mantener el proyecto actual”. Sin ir más lejos, Irlanda anunció hace unos días que disolvía su equipo de rugby 7 porque no tenían suficientes recursos económicos tras descender de categoría.

Las redes sociales, sobre todo TikTok, también han contribuido a una mayor visibilidad del rugby 7 masculino español gracias a unos vídeos en los que los jugadores salían celebrando sin camiseta. “Cuando te haces viral significa que tienes más exposición y que hay marcas y empresas que pueden tener más interés en relacionarse contigo”, reflexiona Pla. El actual jugador de la selección confiesa que los más veteranos “tenían miedo” a que la gente se confundiese y no se pusiera el foco en lo deportivo.

Sin embargo, la repercusión en las redes sociales no ha provocado más que un aumento del interés hacia un deporte que vive uno de sus momentos más dorados.

“Me enfrento a rivales, pero no a enemigos”, afirma un Pol Pla orgulloso de los valores que le ha inculcado el rugby. El veterano jugador deja de atosigar a sus rivales una vez finaliza el encuentro para dar paso al tercer tiempo, donde comparten “algo de picar y unas cervezas”. Los Leones, acostumbrados a placar oponentes, ya han derribado a su más rival más duro, los prejuicios.

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